Revelan el "Modus Operandi" de Jueces para Liberar Narcotraficantes Usando Suplentes

La justicia en la balanza: Se denuncia el uso de jueces suplentes como fachada para sentencias a favor del crimen organizado.

Por Hilario Ramírez

La maniobra intermedia entre el juez titular y el suplente

​Al mediodía de este domingo, en el espacio radiofónico "Los Sabios en la Z101FM", varios intelectuales analizaron el tema sociológico del "crimen organizado".

​Manuel Acevedo, uno de los "sabios", hizo un llamado a la sociedad dominicana pensante a evaluar el comportamiento de abogados y fiscales, revisando su hoja de vida profesional y aquellos procedimientos maniobrados que atentan contra la ética de sus funciones, sugiriendo que, en esos casos, deben ser enviados a la cárcel.

​El analista dijo haber revelado el modus operandi utilizado para ejecutar órdenes de libertad a favor de narcotraficantes cuyas fortunas económicas obnubilan el pudor y la honradez de quienes fingen probidad.

​Manuel explicó que cuando la cabeza principal del trasiego de drogas y actividades consecuentes del crimen organizado ha sido encarcelada, las estructuras judiciales mueven sus influencias con sigilo para beneficiar al imputado a través de una sentencia firmada por el suplente del juez titular. Esto ocurre, a pesar de que es el juez titular, como autoridad principal, quien recibió el millonario pago clandestino.

​El analista razonó que, debido a esta estratagema, el juez titular queda como un ente imaginario en la responsabilidad penal y así evade ser sentenciado por corromper su función judicial. Al suplente, se le deja caer un agrado económico por la responsabilidad asumida ante un posible citatorio.

​Estas relevantes confesiones de este reconocido sociólogo de la realidad dominicana conllevan a interpretar que los sanos valores culturales aprendidos en la familia deben bajar del tren pretencioso para verse enfrentados al desengaño abrumador ante esta horrenda revelación.

​Así, la interacción emotiva de los valores deontológicos será ridiculizada por el juez encargado de interpretar los delitos tipificados en un expediente, inclinándose siempre hacia aquel que haya untado con el mayor número de papel moneda sobre sus manos.