El Viceministerio de Recursos Costeros y Marinos, amparado en la ley, asegura que la Sala Capitular carece de jurisdicción para decidir sobre la escultura ecológica y cultural de 16 pies de altura.
PUERTO PLATA, R.D. – 3 de octubre de 2025
Una intensa disputa de competencia legal y un choque entre creencias religiosas y conservación marina estalló en Sosúa, luego de que el Concejo de Regidores aprobara por unanimidad una ordenanza para retirar la estatua de Atabey, la deidad taína del agua, sumergida en la bahía como parte de un proyecto de restauración de corales.
La respuesta del gobierno central fue inmediata y contundente: el Viceministro de Recursos Costeros y Marinos, José Ramón Reyes, desautorizó la decisión municipal, afirmando que “Esa estatua se queda ahí” y que la Sala Capitular de Sosúa carece de facultad legal para ordenar su retiro o instalación.
El Argumento Legal y Ambiental
El Viceministro Reyes aclaró que la competencia para regular el uso de los espacios costeros y marinos recae exclusivamente en el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. La escultura de 16 pies, instalada en 2023 por la Fundación Ecológica Maguá y Global Coralition, cuenta con todos los permisos legales requeridos y fue diseñada para un doble propósito crucial:
- Aporte Ecosistémico: Actuar como un arrecife artificial para la recuperación de corales en la bahía, seriamente afectada por la contaminación.
- Atractivo Turístico: Impulsar el ecoturismo y el buceo, posicionando a Sosúa como un destino de arte y conservación, una práctica común en países como China y otras naciones del Caribe.
El Viceministro fue enfático al subrayar: "Ni para permitir que se sumerja ni tampoco para mandar a sacarla, porque ellos no son reguladores. La ley es clara. La ley es la ley".
El Origen Religioso de la Controversia
La ordenanza del Concejo de Regidores se produjo a solicitud de líderes de iglesias locales, incluyendo un sacerdote católico y un pastor evangélico, quienes alegaron que la escultura de Atabey, la "Madre del Agua" de la mitología taína, constituye un objeto de "idolatría a dioses falsos".
Sectores culturales y ambientalistas han calificado la medida municipal como un "acto de barbarie cultural" y una "vergüenza nacional", advirtiendo que, de ejecutarse, el retiro no solo dañaría el ecosistema marino ya formado alrededor de la estatua, sino que enviaría un mensaje negativo al turismo internacional. La Fundación Maguá ha llamado a los regidores al diálogo para concientizar sobre la relevancia ambiental y educativa del proyecto.
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