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SANTO DOMINGO, RD. 11/10/2025.- El Gobierno dominicano ha puesto la lupa en una de las problemáticas más sensibles y urgentes del sistema carcelario: la salud mental de las personas privadas de libertad. La vicepresidenta de la República, Raquel Peña, anunció la activación de un plan estratégico integral para reforzar la atención psicológica y psiquiátrica en todos los recintos penitenciarios del país.
El anuncio se produce tras recibir y validar el informe detallado de estrategias presentado por Roberto Santana Sánchez, director de la Oficina Nacional de Apoyo a la Reforma Penitenciaria (ONAPREP). Esta iniciativa representa un giro crucial, ya que aborda la salud mental como un pilar fundamental en el proceso de rehabilitación y futura reinserción social.
Un Grito de Alarma Silencioso
La necesidad de esta intervención urgente se basa en datos alarmantes. Estudios recientes, como los presentados por la Defensoría del Pueblo, han establecido que cerca de un 30\% de la población penitenciaria en la República Dominicana padece algún tipo de trastorno de salud, siendo los problemas mentales y emocionales una de las categorías más prevalentes. Lo más preocupante es que más de la mitad de estos reclusos no recibe el tratamiento o la asistencia psicológica adecuada.
La vida carcelaria —caracterizada por el hacinamiento, el aislamiento, la violencia y la ruptura de lazos familiares— es un caldo de cultivo para trastornos como la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático y otras psicopatologías que empeoran la calidad de vida y aumentan el riesgo de incidentes dentro de los centros.
Ejes del Nuevo Plan Estratégico
Aunque los detalles específicos de la inversión aún no han sido divulgados, el enfoque estratégico busca cerrar la brecha de atención especializada y humanizar las cárceles, cumpliendo con la Ley de Salud Mental (12-06) y con los convenios interinstitucionales previos que buscan habilitar unidades de salud mental en los centros correccionales.
Los objetivos principales de este plan, según lo anunciado, se centrarían en:
- Aumento de Personal Especializado: Contratación e integración de más psicólogos clínicos y psiquiatras dedicados exclusivamente al sistema penitenciario.
- Unidades de Intervención en Crisis: Establecimiento de espacios seguros y unidades especializadas para el manejo de trastornos mentales agudos dentro de los recintos.
- Programas de Rehabilitación Integral: Diseño de terapias grupales e individuales que aborden el trauma, el consumo de sustancias y los trastornos de conducta, vinculándolos a los ya existentes programas educativos y laborales.
Con la Vicepresidenta Peña a la cabeza del impulso político, y la experiencia del equipo de Santana Sánchez, el Gobierno dominicano da un paso determinante para transformar el sistema penitenciario y ofrecer una verdadera oportunidad de resocialización a los reclusos. La estrategia apunta a que las cárceles dejen de ser un foco de marginalidad para convertirse en centros de auténtica corrección y tratamiento.



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